Piazza della Logia. |
El fin de semana pasado fuimos de visita turística a una ciudad cercana, Brescia. Tiene unos 200.000 habitantes y un casco antiguo precioso. Parece un pueblo chiquitín, chiquitín. La lástima de este tiempo es que aquí a las 17.00 ya es negra noche pero bueno, tiene su encanto también ver la ciudad de noche.
Grupillo de mataos. |
Cuando acabaron se inició la discoteca y como siempre que vamos con la ESN (Erasmus Student Network) eso fue un desmadre.
En un momento de la noche salimos a fumar las de siempre y nos encontramos a unos cuantos de botellón, evidentemente, erasmus españoles. Presentaciones y tal...Entonces empiezan las típicas preguntas, de donde sois, que estudias...Y ahí es cuando se producen esos momentos que tanto nos gustan a los erasmus. En mi caso, en Brescia me encontré con un par de desconocidos que estudian en la universidad que está a dos calles de mi casa (en España se entiende). Cuando estás fuera, estos pequeños encuentros son lo mejor, son como un pedacito de tu casa de siempre en tu nuevo hogar. Hablar del bar que hay debajo de tu casa, de los lugares por los que sales de fiesta, recordar el fuet, tu facultad, aquel garito donde acostumbras a ir de birras... Estas casualidades son geniales y te transportan por unos breves instantes a ese lugar que aunque no necesitas, echas de menos.
I sí!Ja som patrimoni de la humanitat!
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