lunes, 13 de junio de 2011

Mi hai colpito.

El sábado tuve uno de esos momentos de película que crees que nunca te pasarán, pero te pasan. Se organizó el baile de fin de erasmus a la americana. Parejas, vestidos de largo, flores en el brazo, rey y reina del baile... La cuestión es que cuando me vino a buscar mi pareja no pude evitar que se me iluminase la cara mientras le veía venir hacia mi. Hasta ahí todo bien, pero que él, se parase a un par de metros de mí, me mirase, sonriese y lo primero que dijese fuese "guau" me hizo creer que quizá los cuentos de princesas tienen algo de verdad.
La cultura popular dice que el amor aparece cuando menos te lo esperas. No es amor (aún), pero va camino de serlo. Y que te pase cuando estás a un mes y medio de irte de Italia, no es bonito, es una putada. El otro problema está en que tenemos los papeles invertidos y él piensa como una mujer y yo como un hombre. No sé si es por qué me he criado con dos de ellos, por qué mis mejores amigos han sido siempre hombres o qué, pero he desarrollado la teoría de que en verdad tengo una polla mental, invisible, pero presente que me hace pensar como ellos. Gracias a dios el hecho de que desarrolle estas teoría poco probables demuestra que en el fondo, sigo siendo mujer.

*Es la última vez que escribo este tipo de moñadas, I promise.

3 comentarios:

oligoqueto dijo...

Va a resultar que al final esos bailes de promoción no son tan mal cosa...
Pero confieso que cada vez que lo veo en alguna típica american-movie se me revuelve el estómago.

Pensar como un hombre... no sé exactamente que significa, pero diría que se aproxima a aprovechar al máximo tu mes y medio, y que lo que venga luego... ya se verá...

Suerte.

Ègara dijo...

Exacto, así es como pienso yo. Es él que se complica con tener miedo, y huir por qué no quiere que nos hagamos daño y bla bla bla.
A mi tanta moñería junta, como la que significan esos bailes, no me convencen, pero tras lo que paso el sábado, los veo con otros ojos...!

oligoqueto dijo...

Cada uno es diferente y tiene su mochila de vivencias, y eso hace que haya personas con más miedo que otras ante diferentes cosas.
Y sí, la distancia duele, así que es un miedo comprensible.

Ahora, si la chica quiere de verdad, y al chico no le desagrada, no tiene opciones, cae. Insiste y vencerás...

Suerte de nuevo.