domingo, 20 de marzo de 2011

Mari...qué?

Ayer un amigo mio estuvo toda la mañana contándome lo enamorado que está de su chica, las horas que se pasan hablando, lo guapa y graciosa que es, y maravillosa, y genial. Pero que pena que ella haya ya vuelto a casa, y que la echa de menos, y que qué jodido es el amor a distancia, y que está desesperado por verla, y que cada vez que hablan por skype y le ve la carita siente unas cosquillitas en el estómago...

 Y yo, que me acababa de levantar y aún no sabía ni que hacía mi amigo en mi casa ni cómo demonios yo había llegado sana y salva, le dije que hace mucho tiempo que yo, lo único que siento, son arcadas.

Mi hígado jamás me perdonará este año, pero el nuevo disco de Manel es increíble y tiene regalos como éste...

En próximas ediciones, como disfrazarse de síndrome de Diógenes o como sobrevivir a una visita relámpago a Venezia y Padova con un litro y medio de lambrusco en el cuerpo.

2 comentarios:

Inma dijo...

Yo empecé hace no mucho una relación con alguien que vive un poco lejos (1000 kilómetros), de otro país, y es lo mejor que me ha podido pasar. ¿Meter un tío en mi casa de continuo? ¡Nooooo! La tumba del amor no es el matrimonio, es el sofá del salón.

Ire dijo...

Bendito Erasmus querida...
Dile que eso es al principio, luego pasará como con todas la relaciones... de Erasmus digo...
Me queda una semanita para volver a las italias!!!